En su discurso del sábado en la mañana a los miembros del Tribunal de la Rota Romana, el tribunal eclesiástico de mayor nivel en la Santa Sede, el Papa Benedicto XVI señaló que "la carencia de fe puede herir los bienes del matrimonio: procreatividad, fidelidad conyugal e indisolubilidad".

El Santo Padre subrayó que la actual crisis de fe ocasiona una crisis en la unión conyugal, añadiendo que el rechazo de la propuesta de Dios lleva a un profundo desequilibrio en todas las relaciones humanas.

El "acentuado subjetivismo y relativismo ético y religioso" de la cultura contemporánea impone a la familia "desafíos urgentes", dijo el Papa.

Benedicto XVI lamentó que existe una "difundida mentalidad" de que la persona "sea si misma permaneciendo 'autónoma' y entrando en contacto con el otro sólo mediante relaciones que se puedan interrumpir en cualquier momento".

El Papa subrayó que "sólo abriéndose a la verdad de Dios es posible comprender, y realizar en lo concreto de la vida también conyugal y familiar, la verdad del hombre como hijo suyo, regenerado por el Bautismo".

A reflexionar sobre la indisolubilidad del pacto matrimonial entre un hombre y una mujer, indicó que "no requiere, a fines de la sacramentalidad, la fe personal de los novios", pero lo que se pide, "como condición mínima necesaria es la intención de hacer aquello que hace la Iglesia".

Sin embargo, apuntó, "si bien es importante no confundir el problema de la intención con aquel de la fe personal de los contrayentes, no es posible separarlos totalmente".

Al recordar los tres bienes del matrimonio, mencionados por San Agustín, procreatividad, fidelidad conyugal e indisolubilidad, el Papa advirtió que no se debe prescindir "de la consideración de que puedan presentarse casos en los que justamente por la ausencia de fe, el bien de los cónyuges resulte comprometido y por tanto excluido del consenso mismo".

El Santo Padre advirtió que "con estas consideraciones, no pretendo ciertamente sugerir algún fácil automatismo entre carencia de fe y nulidad de la unión matrimonial, sino más bien evidenciar cómo tal carencia pueda, aunque no necesariamente, herir también los bienes del matrimonio, desde el momento en el que la referencia al orden natural querido por Dios es inherente al pacto conyugal".

El Papa señaló que sobre la problemática de la validez del matrimonio, "sobretodo en el contexto actual, será necesario promover ulteriores reflexiones".

Benedicto XVI también recordó a aquellos santos que vivieron el matrimonio de acuerdo a "la perspectiva cristiana", logrando así "superar también las situaciones más adversas, consiguiendo a veces la santificación del cónyuge y de los hijos con un amor siempre reforzado por una sólida confianza en Dios".