8 de mayo de 2005 / 05:17 AM
Al celebrar la Misa con la que tomó posesión de la Basílica de San Juan de Letrán y su cargo de Obispo de Roma, el Papa Benedicto XVI meditó sobre el misterio de la Ascensión de Cristo y aseguró que Él "no se ha alejado de nosotros, sino que ahora, gracias a su estar con el Padre, está cerca de cada uno de nosotros, por siempre”.
En su homilía explicó que este misterio “significa que Él no pertenece más al mundo de la corrupción y de la muerte que condiciona nuestra vida. Significa que Él pertenece completamente a Dios. El hombre encuentra un espacio en Dios; a través de Cristo, el ser humano ha sido llevado hasta la misma vida de Dios".
También destacó que “el Señor se encuentra siempre a nuestro alcance, podemos alejarnos de Él interiormente. Podemos vivir dándole la espalda. Pero Él nos espera siempre, y está siempre cerca de nosotros”.