A poco más de un mes de su viaje al Líbano, el Papa Benedicto XVI expresó su preocupación y cercanía a los familiares de las víctimas del atentado terrorista perpetrado ayer en Beirut y, al mismo tiempo, condenó cualquier tipo de violencia, llamando a la paz y la reconciliación.

El 19 de octubre, un coche bomba explotó entre la sede de la coalición opositora 14 de Marzo, que lidera Saad Hariri, hijo del asesinado ex primer ministro Rafik Hariri, y la sede de Falange Libanesa, un partido cristiano de oposición.

La explosión ocurrió cuando un número importante de escolares salían de clase y los trabajadores dejaban sus centros laborales, causando la muerte de al menos 8 personas y 80 heridos.

A través de un telegrama dirigido al Patriarca de Antioquía Maronita, Su Beatitud Béchara Boutros Raï, y firmado por el secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, el Santo Padre expresó que “se une en oración al dolor de las familias afectadas y a la tristeza de todos los libaneses”.

Según una traducción de Radio Vaticana, el Papa “encomienda los fallecidos a Dios, lleno de misericordia, suplicándole recibirlos en su luz”, y “expresa su cercanía a los heridos y sus familias, y pide al Señor darles alivio y consuelo en su prueba”.

“Como lo hizo durante su viaje apostólico a El Líbano, el Santo Padre reitera su condena de la violencia que genera tanto sufrimiento y pide a Dios que brinde a El Líbano y a toda la región el don de la paz y la reconciliación”.

“De corazón, Su Santidad invoca sobre las familias enlutadas y sobre todos los libaneses ¡la abundancia de las bendiciones divinas!”, concluye el comunicado.