Jóvenes, niños, periodistas y autoridades civiles y eclesiales acogieron calurosamente hoy al Papa Benedicto XVI en la localidad alpina de Lorenzago di Cadore, en el norte de Italia, donde permanecerá hasta el 27 de julio en un periodo dedicado, según indicó ayer el Santo Padre, “a la oración y a la reflexión”.
El Pontífice partió a las 10:30 (hora local) del aeropuerto romano de Ciampino y aterrizó en el aeropuerto de Treviso-Istrana una hora más tarde. Desde allí viajó en helicóptero hasta Lorenzago, en la provincia de Belluno, donde llegó a las 12:30.
En esta pequeña localidad, que acogió en 1998 a su predecesor el Papa Juan Pablo II, el Pontífice fue acogido por el obispo de Belluno-Feltre, Mons. Giuseppe Andrich, y por el alcalde local, Mario Tremonti. Asimismo el Papa recibió la festiva y cordial bienvenida de centenares de periodistas y residentes, muchos de ellos niños de las escuelas locales.