El Papa Benedicto XVI se reunió esta tarde (hora local) con los Obispos de Inglaterra, Gales y Escocia. A ellos les recordó la urgencia de presentar en plenitud ante los fieles el Evangelio que da vida. El Santo Padre también se refirió a los desafíos del nuevo Misal romano en inglés y a la generosa aplicación de la constitución que permite el paso de los anglicanos al catolicismo.
En su discurso en la capilla del Osccott College en Birmingham, el Santo Padre recordó que sólo hace unas horas elevó a los altares al ahora beato John Henry Newman, expresó su profunda alegría y señaló que este hecho "nos recuerda hoy la acción permanente del Espíritu Santo, convocando con sus dones al pueblo de Gran Bretaña a la santidad, para que, de este a oeste y de norte a sur, se ofrezca un sacrificio perfecto de alabanza y acción de gracias para gloria del nombre de Dios".
El Papa indicó que "durante mi visita, he percibido con claridad la sed profunda que el pueblo británico tiene de la Buena Noticia de Jesucristo. Dios os ha escogido para ofrecerle el agua viva del Evangelio, animándolo a poner su esperanza, no en las vanas seducciones de este mundo, sino en las firmes promesas del mundo venidero".