En un caso sin precedentes en Estados Unidos, un bebé de cinco meses murió luego que le retiraran el respirador que necesitaba para vivir, por determinación de una orden judicial que no consideró la oposición de sus padres.
“Sólo quería la vida para mi bebé”, dijo Wanda Hudson, madre del niño. “Creo que el hospital se rindió demasiado pronto con mi hijo”.
El juez del condado de Harris, William Mc Culloch, firmó un mandato el lunes pasado, autorizando al Hospital Infantil de Texas a retirar el respirador artificial del bebé. Expertos en bioética afirmaron que es la primera vez en la historia de Estados Unidos que un juez dictamina acabar con la vida de un niño.