25 de agosto de 2006 / 07:12 PM
Estaba a muy pocas semanas de poder sobrevivir fuera del vientre materno, pero no lo dejaron nacer. El bebé argentino que a inicios de mes salvó de morir gracias a que los médicos de un hospital público se negaron a cumplir la sentencia de la Corte Suprema de Buenos Aires, fue finalmente “ejecutado” en una clínica privada, donde a nadie le importó su avanzado estado de gestación.
En los primeros días de agosto, los médicos del Hospital San Martín, de La Plata, se negaron a practicar el aborto y el Ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Claudio Mate, confirmó que al encontrarse entonces en el quinto mes de embarazo, "cualquier práctica que se le realizara a la mujer ya no sería un aborto sino un parto inducido por lo avanzado del período de gestación".
Aunque la abuela del niño aseguró que lo cuidaría y el gobierno local ofreció apoyo económico para la joven madre, el abogado de esta humilde familia anunció a la prensa que una clínica privada –cuyo nombre no reveló– permitió concretar el aborto cuando faltaba muy poco para que la joven cumpliera seis meses de embarazo.