La Madre María de la Purísima, de la Compañía de las Hermanas de la Cruz, ha sido beatificada previa aprobación del Papa Benedicto XVI por el milagro que hizo en vida con la niña Ana María Rodríguez Casado, en un acto que contó con la presencia de la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena y la mirada y expectación de más de 45 mil devotos.
Algunos de estos fieles eran extremeños, según datos de la organización. Con esta ceremonia, la Iglesia también ha establecido el 31 de octubre –día de su muerte en 1998– como día de la nueva beata.
Así, la lectura del decreto por el que se inscribe a la Hermana de la Cruz en el libro de los beatos, a cargo del Arzobispo titular de Sila (Italia) y Prefecto de la Congregación para las causas de los Santos, Mons. Angelo Amato, ha otorgado pasadas las 11:00 a.m. del sábado la beatificación a Madre María de la Purísima ante el clamor y aplausos prolongados de los fieles, al tiempo que se descubría una imagen de la ya beata rodeada de ángeles elevándose al cielo, así como el repique de las campanas de la Giralda mostrado por las pantallas y una lluvia de pétalos de colores que caían desde lo alto del Estadio Olímpico, donde se ha llevado a cabo el acontecimiento.