El Arzobispo de México, Cardenal Norberto Rivera Carrera, señaló que practicar el amor al prójimo con la radicalidad que propone el Evangelio es el medio más eficaz para lograr una verdadera justicia social entre los hombres; tras advertir que lo que Cristo condena es el reparto injusto de las riquezas.
“Lo que condena Cristo es un reparto tan injusto de las riquezas naturales y artificiales que engendran países superdesarrollados y países paupérrimos, con el agravante de que los primeros quieren eliminar la población de los segundos en lugar de ayudar a producir y a distribuir los bienes necesarios para una vida digna”, advirtió el Purpurado durante la Misa dominical.
Sin embargo, explicó que la injusticia social, denunciada por Jesús en la parábola de Lázaro y el rico Epulón, no puede reducirse “a un diagnóstico social, ni tampoco a unas recomendaciones morales”. Cristo, señaló, “va al fondo del problema, denunciando los mecanismos que producen ese abismo entre ricos y pobres”.