"No sabemos por cual motivo nos han denegado la renovación de la visa. Nuestro trabajo es siempre el mismo, el de la educación, en beneficio de los jóvenes de Pakistán, de todas las religiones. Para nosotras ha sido como un rayo. Pero no podemos permanecer en un país si se nos considera ilegales".
Así lo señala la religiosa filipina Delia Coyoca Rubio, presidenta de la Convent School de Islamabad en declaraciones a la agencia vaticana Fides sobre su situación en Pakistán, país mayoritariamente musulmán en el que se registran diversos casos de persecución contra los cristianos como el del joven de 14 años acusado de blasfemia que fue quemado vivo o el de los esposos –la mujer estaba embarazada– que fueron arrojados a un horno para morir calcinados en noviembre del año pasado.
La hermana Delia, junto con las hermanas Miraflor Aclán Bahan y Hermana Elizabeth Umali Sequenza, las tres filipinas de la congregación de las Religiosas de la Virgen María, fundada por Ignacia del Espíritu Santo, recibieron una respuesta negativa del Ministerio del Interior después de presentar la solicitud habitual para la renovación de la visa para vivir y trabajar en Pakistán.
Las razones de la negativa parecen ser el "cambio de trabajo" con respecto al cual se concedió la visa.