El Prefecto para la Congregación para la Educación Católica, Cardenal Zenon Grocholewski, recordó que la metafísica ayuda a los científicos a encontrar el sentido de su actividad y animó a esta comunidad de expertos a reflexionar antes de poner sus conocimientos al servicio del mal.

El pasado 8 de noviembre, al participar como presidente de honor en el Congreso internacional de Metafísica –donde participaron numerosas personalidades–, el Cardenal Grocholewski explicó a ACI Prensa, que lamentablemente, las ciencias han creado instrumentos que llevan el mal al mundo y es hora de reflexionar al respecto.

“Tenemos que reflexionar profundamente en la cuestión de cuál es el sentido de las ciencias y su investigación. ¿Cuál es el sentido del hombre y en qué consiste?”, cuestionó.

El Purpurado invitó a rescatar la metafísica como “absolutamente necesaria para hacer ciencia en la manera y el uso correctos”.

“Tenemos que preguntarnos a nosotros mismos, ¿cuál es el sentido de la ciencia? ¿Para qué sirve la ciencia? Estas son preguntas muy difíciles, pero son necesarias, porque la ciencia debería contribuir al bien de la humanidad”, añadió.

La autoridad vaticana señaló también que el ser humano es capaz de distinguir del bien y del mal, y los científicos, no escapan a esta realidad, “todos sabemos bien que los grandes descubrimientos científicos y técnicos pueden ser usados ambos para el bien y para el mal. Han sido usados a menudo para el mal: para guerras que cada vez son más terribles, para injusticias, para el terrorismo y la opresión”, dijo.

Para el Cardenal Grocholewski, la metafísica aliviaría a la humanidad de múltiples amenazas  como las bombas de destrucción masiva o los fármacos que atentan contra la vida de las personas.

Creemos que “tenemos muchos progresos en el mundo, pero en realidad lo que hay es miseria e injusticia”, lamentó.

En su ponencia, el Cardenal Grocholewski resaltó que sin la metafísica, “no existiría filosofía ni religión, ni tampoco grandes ideales que puedan cambiar la historia”, e invitó a estar en alerta para no “sobrevalorar el ‘hacer’ oscureciendo el ‘ser’”.

Sería dramático “dejarse llevar por el gusto de los descubrimientos sin salvaguardar los criterios que vienen de una visión más profunda”, concluyó.