"En este sentido, se resalta lo importante que es el intercambio espiritual que se extiende a través de toda la Iglesia universal. Si nos abrimos a toda fe, en la historia entera y en los testimonios de toda la Iglesia, entonces la fe católica tiene futuro también como fuerza pública en Alemania".
Al mismo tiempo, prosiguió, "las figuras de los santos que he recordado nos muestran la gran fecundidad de una vida santa, de ese amor radical por Dios y por el prójimo. Los santos, aunque sólo sean pocos, también cambian el mundo".
El Papa resaltó luego que "no queremos escondernos en una fe solamente privada, sino que queremos usar de manera responsable la libertad lograda".
"Como los santos Kilian, Bonifacio, Adelar, Eoban e Isabel di Turingia, queremos salir como cristianos al encuentro de nuestros conciudadanos, e invitarlos a descubrir con nosotros la plenitud de la Buena Nueva".
Finalmente el Santo Padre hizo votos para que el tañido de la "Gloriosa" campana de la Catedral de Erfurt "nos aliente a hacer visible y audible, según el ejemplo de los santos, el testimonio de Cristo en el mundo en que vivimos".
Al finalizar la Misa y entre los aplausos de los fieles, se hizo sonar la famosa campana de la Catedral de Erfurt, la campana más grande del mundo que oscila libremente y que fue inaugurada en 1497. Mide dos metros y medio de alto.
El Papa luego se trasladó al aeropuerto de Erfurt, y a las 11:50 a.m. emprendió el vuelo hacia Friburgo para aterrizar en el aeropuerto de Lahr poco antes de las 1:00 p.m. en donde realizará una serie de actividades entre las que destaca la Vigilia de oración con los jóvenes.
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