El Arzobispo de Mosul, Mons. Basile Georges Casmoussa, denunció que los atentados anticristianos ocurridos en Irak el jueves que destruyeron una iglesia y afectaron seriamente un convento "demuestran que existe una estrategia para cancelar nuestro patrimonio cultural y más de dos mil años de historia", realizada por grupos extremistas musulmanes.
En entrevista concedida a L’Osservatore Romano, el Prelado señaló que estos grupos islámicos "quieren desestabilizar el clima de confianza en nuestro país. Debemos oponernos con la fuerza y con la oración a este clima de odio".
La estrategia de estos grupos, explicó, "es clara. Apenas la situación se calma y aparece la posibilidad de que los cristianos puedan retornar a sus casas en sus ciudades, entonces el terror y la violencia reaparecen más amenazantes. No es la primera vez que grupos extremistas golpean símbolos de la comunidad cristiana en Irak. Y no es la primera vez que sacerdotes y religiosas pagan con la sangre".