“No es culpable de ningún crimen, excepto el haberse convertido en una carga para su esposo y para la sociedad egoísta”. Así comienza la declaración emitida por la Federación Mundial de Asociaciones Médicas Católicas, en la que hace un firme llamado para salvar la vida de Terri Schindler-Schiavo, a quien un juez de Florida ha condenado a morir de inanición y deshidratación el 18 de marzo.
“La base legal de esta decisión inhumana –continúan los médicos católicos– se centra en el ‘supuesto’ deseo de Terri de no ser alimentada ‘artificialmente’. Sin embargo, sus padres y hermanos afirman que ese no es su deseo y que, de hecho, ella conoce las enseñanzas de la Iglesia Católica en cuanto a la nutrición e hidratación asistidas”. También afirman que el marido y guardián legal de Terri “ha abusado de sus facultades”. “Sin embargo –indican– el meollo del asunto es que se está decidiendo sobre una vida humana sin tomar en cuenta su dignidad”.
La Federación está muy preocupada por las posibles “consecuencias que tal precedente podría establecer en el sistema legal de Estados Unidos. De hecho, si una persona inocente puede ser condenada a muerte, entonces cualquier persona cuyo guardián califique su vida como de ‘calidad insuficiente’, estará en peligro de morir con el retiro del cuidado básico y ordinario”.