Así vivieron los católicos en Estados Unidos la beatificación del P. Michael McGivney

Así vivieron los católicos en Estados Unidos la beatificación del P. Michael McGivney
Beato Michael McGivney. Crédito: Wikimedia Commons / Richard Witney (CC BY-SA 3.0)

Si bien la celebración del Beato Michael McGivney fue sencilla debido a la pandemia del coronavirus, los fieles de todas partes de Estados Unidos y del mundo llegaron para honrar al fundador de los Caballeros de Colón.

El sábado 31 de octubre se celebró la Misa de beatificación del P. McGivney en la Catedral de San José en Hartford, Connecticut. Como parte de las celebraciones previas a esta importante ceremonia, el viernes 30 de octubre los católicos se reunieron en la iglesia de Santa María, antigua parroquia del sacerdote beato para participar del "Festival McGivney".

Los fieles que asistieron al lugar, ubicado en New Haven, celebraron este importante acontecimiento con Misa, adoración y procesión eucarística alrededor del campus de la Universidad de Yale. Además, hubo un panel de discusión y se presentó un testimonio sobre la vida del P. McGivney.

En declaraciones a CNA, agencia en inglés del Grupo ACI, una de las asistentes del festival, Emily Lomnitzer, dijo que supo sobre el P. McGivney cuando era estudiante en la Universidad Católica de América, y que el evento fue para ella y sus amigos un momento memorable.

"Se de él [al venerable P. McGivney] desde hace mucho tiempo. Nunca pensamos que sería beatificado, así que esto es realmente importante", dijo. "[…] es muy agradable ver que está siendo reconocido", añadió.

Para ella, el Beato McGivney será una gran inspiración para los sacerdotes y seminaristas jóvenes. Es "un ejemplo de alguien que hizo un gran trabajo al inicio de su ministerio", dijo. "Pese a que no tuvo una vida muy larga, pudo hacer cosas tan buenas desde una edad muy temprana", agregó.

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El Beato McGivney es un nativo de Connecticut (Estados Unidos), que pasó todo su ministerio sacerdotal en lo que ahora es la Arquidiócesis de Hartford. Colin Lane, un seminarista que cursa el primer año de teología y que fue uno de los monaguillos en la Misa de beatificación, dijo a CNA que la ceremonia le dio mucha alegría.

El joven dijo que cuando estaba en la escuela secundaria asistía a la parroquia de Santa María y por ello, el saber que su arquidiócesis dio a un bienaventurado era de por sí una "alegría increíble". "Estar cerca del P. McGivney, estar cerca de su tumba, estar allí a noche en las vísperas y estar aquí [en la Misa de beatificación], es realmente bastante surrealista", dijo.

El joven seminarista dijo que "realmente es una gran inspiración y un gran estímulo" que sea "elevado al altar de 'bendecidos'" alguien "que ministró en nuestras parroquias en New Haven y Thomaston, y que recorrió muchos de los mismos caminos que nuestros sacerdotes de ahora".

Señaló que tanto a él como a los otros seminaristas el beato les recuerda que "la santidad es posible incluso entre los sacerdotes de la arquidiócesis", pues en Connecticut "hay alguien que vivió una vida santa", y que "los pequeños actos diarios de un párroco pueden llevar a uno por el camino de la santidad".

Julie Buonasera, miembro de Frassati New Haven, un grupo de jóvenes adultos en la Iglesia de Santa María, y voluntaria en el Festival McGivney, dijo a CNA que la ceremonia fue "increíble".

Si bien no sabía mucho sobre el P. McGivney antes de su beatificación a diferencia de su abuelo, un Caballero de cuarto grado, Julie opinó que el día era "hermoso" y que "sintió mucha gracia" en el lugar. "La belleza de estar aquí junto a compañeros y adultos jóvenes de todo el estado y más allá es increíble", dijo.

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A diferencia de otros peregrinos, Nathan Schachle, residente de Tennessee de 20 años, fue a la beatificación del P. McGivney por su hermano Mikey de 5 años, que vivió un milagro atribuido a la intercesión del beato.

Su hermano Mikey nació prematuramente a través de una cesárea de emergencia después de que los médicos se dieran cuenta de que había un problema con la placenta.

Schachle dijo a CNA que cuando le dijeron a su madre que estaba embarazada, ella no tenía "ninguna esperanza" y por ello, se había "resignado a lo que parecía inevitable". La gravedad de la situación no era evidente para el entonces adolescente Nathan. "Fue como: 'Oye, va a morir' y luego, de repente, está listo para nacer", dijo Schachle.

Explicó que en el momento en que nació su hermano, estaba mayormente molesto porque el parto de emergencia de su madre significaba que no podía asistir a una Misa de ordenación diaconal en la Diócesis de Nashville como había planeado. "Realmente no me di cuenta de la magnitud de lo que había sucedido hasta que fue aprobado [por el Vaticano]", dijo.

Si bien sabía que el Vaticano investigaba las circunstancias del milagro y que sus padres se involucraron en un tribunal diocesano, que progresó hasta promover la causa del P. McGivney en New Haven, no sabía que la recuperación de su hermano era un milagro confirmado hasta que el Papa Francisco lo anunció.

"Descubrimos con el resto del mundo que [el milagro] había sido aprobado. El momento más humano para mí fue: 'Wow, nuestro nombre ha estado en el escritorio del Papa'", dijo. Además, aclaró que su familia "no es realmente gente que busque atención, pero esto es lo que Dios quiere para nosotros".

"[Dios] quiere glorificarse a sí mismo en el mundo a través de esto, y quiere que otros vengan a Él a través de nosotros", dijo. "Así que estamos haciendo lo mejor que podemos en ese sentido", concluyó.

Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en CNA.

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