El Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, señaló que el reciente Decálogo de los Conductores publicado por la Santa Sede no es una broma y explicó "la dimensión moral de los accidentes de tránsito".
En su reflexión semanal en el programa "Claves para un Mundo Mejor" (Canal 9), Mons. Aguer abordó las orientaciones pastorales para la carretera publicadas por el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes y recordó "la importancia de tomar conciencia acerca de lo que implica, como riesgo propio y ajeno, conducir un automóvil" dado que "no es una actividad indiferente, sino que tiene una dimensión precisamente moral".
"Existe una norma para el tránsito, una norma de carácter moral, y que es el código, las ordenanzas, las disposiciones que tienen vigencia en un lugar determinado acerca de cómo debe regularse la circulación. Éstas deben ser aceptadas y cumplidas como un deber moral", indicó.