Arzobispo reclama acción frente a transformaciones sociales absurdas

El Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García-Gasco, pidió a los españoles no permanecer como “espectadores mudos” ante los presentes cambios y transformaciones de la sociedad del tercer milenio y “preguntarnos por su sentido, para evitar que la historia nos conduzca al absurdo y al sufrimiento”.

“La libertad humana y la responsabilidad social permiten modificar lo que parece presentarse como el curso de la historia”, señaló el Arzobispo en su carta semanal, aludiendo a la preocupante situación que se observa en campos como la investigación científica, la familia, la opinión pública y la mujer.

En su carta “¿A qué aspira la Humanidad?”, el Arzobispo de Valencia consideró que en la investigación genética “prescindir de la ética con fines egoístas o económicos es un grave error” y añadió que “las transgresiones éticas se traducen en víctimas a las que se pretende obviar o silenciar”.

Asimismo, en el terreno de la opinión pública, Mons. García-Gasco lamentó que “algunas encuestas parecen realizadas para extender como novedosas y dignas de imitación ideas preconcebidas contrarias a la religión”.

Al referirse a las relaciones familiares, el Prelado criticó que los medios de comunicación presentan como “normales y buenas”, relaciones que “en realidad esconden una falta de voluntad de entrega y compromiso”.

En la misiva, Mons. García-Gasco mostró su preocupación por el aumento de las agresiones contra las mujeres calificándolas como “intolerable signo de degradación moral".

Los avances legales a favor de la mujer “se encuentran en muchas ocasiones con las gravísimas contradicciones de una sociedad que resulta violenta contra las mujeres”, advirtió el Arzobispo y sostuvo que “es un reto ineludible fomentar los valores del amor verdadero y de la familia en la juventud española”.

El Prelado también mostró su “preocupación” porque a las amas de casa “no se les considera ni reconoce como ‘trabajadoras’, e incluso su labor resulta en ocasiones ridiculizada, como si sacar adelante una familia no fuera tan meritorio como ser empleado por cuenta ajena”. Ante ello, el Arzobispo afirmó que “la familia colma más las aspiraciones de los seres humanos que los trabajos”.

Al final de su carta, el Arzobispo valenciano pidió buscar “criterios contrastados”, a indagar “qué es lo mejor para las personas”, y contribuir “a la armonía entre los avances científicos y los progresos sociales”.