Arzobispo pide acoger musulmanes sin perder identidad religiosa de España

El Arzobispo de Barcelona, Mons. Luis Martínez Sistach, subrayó la necesidad de armonizar los derechos de los inmigrantes musulmanes con el derecho y deber de respetar la identidad social, cultural y religiosa de España.

En una entrevista concedida al diario La Razón, el nuevo arzobispo declaró que ante el reto de la creciente inmigración musulmana en España “hay que armonizar el respeto a los derechos de los inmigrantes con nuestros derechos, que incluye también el deber de respetar la identidad y configuración social, cultural, religiosa del país que les acoge”.

“Se puede caer en dos actitudes que deberíamos evitar: adoptar todo lo que ofrecen sin ningún discernimiento y perdiendo nuestra identidad u oponerse con actuaciones xenófobas. Para los cristianos es un deber acogerlos como personas, especialmente si pasan necesidad, sin esconder que lo hacemos también por exigencia de nuestra fe cristiana”, declaró el Arzobispo.

Durante el diálogo con el diario español, Mons. Sistach defendió el rol de la escuela católica en el país. “La escuela católica presta un servicio inestimable a los padres en la educación de sus hijos”.

Los padres son los “primeros responsables de la educación de sus hijos, tienen derecho a escoger la escuela que esté de acuerdo con sus convicciones religiosas. La escuela cristiana responde a este derecho de los padres. Es un derecho reconocido en las declaraciones internacionales y en la misma Constitución española que esta escuela exista y que sea debidamente concertada no es ningún privilegio”, sostuvo.

De igual modo, añadió, “la escuela y la educación deberían ser una cuestión de Estado que no dependiera de los cambios de los partidos en el poder. Ello contribuiría a robustecer el nivel democrático de nuestro país”.

Más adelante, el Arzobispo resaltó el papel de los nuevos Movimientos eclesiales en la “nueva evangelización” señalando que éstos “han nacido en la Iglesia y bajo el impulso del Espíritu Santo y están realizando un buen trabajo en la evangelización. La colaboración de estos movimientos con los otros más clásicos en el seno de las Iglesias diocesanas, ha de dar muy buenos frutos en medio de una sociedad muy secularizada”.

Asimismo, preguntados sobre posibles recetas para “gobernar sin herir sensibilidades” en una ciudad caracterizada por su pluralidad de tendencias, Mons. Sistach declaró que “no existen recetas mágicas. Pero sí que existe el nuevo mandamiento del amor que Jesús nos ha ofrecido”

“El amor a Dios y el amor al prójimo soluciona problemas, armoniza tendencias, complementa carisma. En una palabra: existe la riqueza eclesial de la comunión”, apuntó.

Cuestionado sobre la opinión de algunos que lo señalan  como “proclive al nacionalismo”, el Arzobispo respondió que “el obispo tiene que amar la diócesis que el Señor le ha confiado, con su historia, su cultura y su identidad, porque tiene que ser pastor que ama y sirve a todos los diocesanos”.

Esto no significa ser nacionalista