Arzobispo pide a escuelas católicas no falsificar o confundir su identidad eclesial

El Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García-Gasco, expresó su apoyo y confianza en la escuela católica y pidió no caer en el “grave error” de “falsificar” su fundamento o “confundirla con una simple actividad laboral” pues su realidad más profunda que le da sentido es la misma misión de la Iglesia. “Una escuela o un centro universitario que sólo sea católico bajo su apariencia nominal supondría un fraude”, aseguró.

En su carta “Porque creemos en la educación”, el Prelado asegura que “en tiempos en que muchos experimentan la tentación de huir de su deber de educar, la Iglesia apuesta decididamente por el compromiso con la educación, por el carácter imprescindible de esta tarea y por el entusiasmo que debe suscitar la vocación de educador y de maestro”.

De igual forma, el Arzobispo advierte que “sería un grave error falsificar el fundamento de la escuela católica o confundirla con una simple actividad laboral” y añade que “una escuela o un centro universitario que sólo sea católico bajo su apariencia nominal supondría un fraude en las expectativas de los padres que han confiado la educación de sus hijos, y un fraude a la propia Iglesia cuyo nombre está utilizando”.

La escuela católica “se entiende con plenitud cuando su cometido social se interpreta desde la realidad más profunda que le da sentido: la misión misma de la Iglesia, que anima un proyecto educativo en el que se funden armónicamente fe, cultura y vida”, asegura Mons. García-Gasco.

Por medio de la escuela católica “la Iglesia local evangeliza, educa y colabora en la formación de un ambiente moralmente sano y firme en el pueblo”, señala el Prelado y anima a los educadores a “saber dar respuesta para que los aspectos menos positivos o ambivalentes de nuestra cultura puedan ser adecuadamente interpretados”.

En su misiva, el Arzobispo indica que “las visiones reductivas del progreso, la sobrevaloración de los instrumentos y de la eficacia productiva, la crisis moral que contrapone la libertad a la verdad, o los conflictos que a veces derivan del pluralismo cultural”, “no son impedimentos absolutos de la tarea de educar” sino “retos que debemos acometer”.

Por último, Mons. García-Gasco asegura que “una efectiva libertad de enseñanza solo es posible cuando concurren distintos proyectos educativos que posibilitan que los padres ejerzan el derecho a la formación religiosa y moral de sus hijos, según sus convicciones”.