El Arzobispo de Piura, Mons. José Antonio Eguren, alentó a los miembros de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) a aspirar a la santidad y descubrir en su anhelo de volar “la nostalgia de infinito que anida en el corazón humano y que sólo Dios puede saciar”.
“El cielo, que un aviador anhela surcar, es símbolo de Dios. Dios mora en las alturas”, recordó el Arzobispo en la Misa que presidió ante los altos mandos y oficiales de la FAP con ocasión del aniversario de la inmolación del héroe nacional José Abelardo Quiñones.
Mons. Eguren destacó el sacrificio de Quiñones, quien a los 27 años de edad “demostró heroicamente con abnegación, desprendimiento y sacrificio de su propia vida, su amor por el Perú, cayendo valerosamente en acción de armas en la Batalla de Zarumilla, durante el conflicto armado con el Ecuador del año 1941”.