El Arzobispo de Cap-Haitien y Presidente de la Conferencia Episcopal de Haití, Mons. Louis Kébreau, manifestó su dolor por haber tenido el deber de enterrar a varios de los seminaristas tras la tragedia del pasado 12 de enero. El Prelado también aprovechó la ocasión para pedir más ayuda para la reconstrucción de la Iglesia en este país.
En declaraciones a la organización internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), el Arzobispo manifestó que: "no puedo aguantar las lágrimas cuando pienso en el entierro. Ni si quiera pudimos brindarles ataúdes, tan sólo patéticas bolsas de plástico". Tras confirmar que fueron 16 los seminaristas de Puerto Príncipe los que murieron en el terremoto, el Prelado manifestó: "me siento completamente impotente ante esta situación".
Otros diez seminaristas monfortianos perecieron cuando el sismo destrozó su bus. Los fallecidos, quienes en su mayoría eran menores de 25 años, fueron enterrados debajo del devastado seminario principal, aunque no todos, ya que aún no se ha encontrado los restos de algunos.