12 de agosto de 2009 / 11:41 PM
El Arzobispo de San Antonio (Estados Unidos), Mons. José Gómez, insistió en la necesidad de hallar una solución justa al problema de la inmigración ilegal, del cual penden "las vidas de millones de trabajadores indocumentados y sus familias", que "se ven forzadas a vivir sin derechos, al margen de este gran país, por nuestras políticas fallidas".
Mons. Gómez reconoció que quien ingresa de manera ilegal al país comete un delito que debe ser penalizado. Sin embargo, señaló que la deportación es una sanción demasiado severa. "Creo que desde un punto de vista moral, nos vemos forzados a concluir que la deportación a los inmigrantes que no cumplen nuestras leyes es una penalidad demasiado severa. Es un castigo desproporcionado al crimen", expresó.
El Arzobispo explicó que las deportaciones "están destruyendo a las familias" y es una realidad que un católico no puede desear porque "la familia es un elemento central no sólo de nuestra fe, sino de nuestra sociedad".