Al conmemorarse el Día del Niño por Nacer, el Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, recordó que “al que ha de nacer como fruto de la concepción humana lo llamamos niño; no simplemente feto o embrión”.
Para el Prelado, estos nombres, “que también le caben en el lapso de su desarrollo intrauterino” son también válidos, pero ante todo el no nacido es un niño. “Así lo autorizan, lo sugieren, lo exigen la genética y el derecho. Desde el instante de la concepción es un niño, cuya subjetividad jurídica debe ser reconocida y tutelada”, destacó.
“El embrión es una realidad existente y viva, distinta de quienes lo han engendrado; puede ser identificado e individualizado como ‘otro’ que sus progenitores y difiere también de cualquier otro embrión. Más aún: es genéticamente igual al niño ya nacido, aunque la diferencia morfológica y orgánica sea impresionante”, precisó Mons. Aguer.