Arzobispo argentino: Ser cristiano es exigente como el Evangelio mismo

En un reciente mensaje, el Arzobispo de Corrientes, Mons. Domingo Castagna, afirmó que ser cristiano nunca será fácil pues el Evangelio “no tolera la complicidad con un mundo que contradice y caricaturiza la verdad”.

Al referirse al próximo Congreso Eucarístico Nacional –que se llevará a cabo en Corrientes del 2 al 5 de setiembre–, el Prelado explicó que el realismo de la presencia de Cristo, “verificable por la fe, abre la perspectiva de la practicabilidad de todas las normas evangélicas. El esfuerzo manifestado en la preparación de este magno acontecimiento de gracia mantiene el propósito de crear conciencia en los bautizados de esa presencia activa y renovadora”.

Sin embargo –agregó–, “lamentablemente, lo que debiera ser accesible a todos se convierte en un camino intransitable, por causa de la inoculación del veneno del egoísmo. El pecado está activo, aunque ya vencido por Cristo, y los hombres que lo padecemos necesitamos que esa victoria pascual nos afecte y transforme”.

“El declive hacia el abismo, que el pecado ha causado en nuestra vida personal y social, debe ser subsanado por una fuerza superior, de la que no disponemos sin el auxilio divino”, resaltó el Arzobispo.

“Ese auxilio es Cristo y la Iglesia es el espacio”, afirmó el Prelado y añadió que “los sacramentos constituyen los instrumentos eficaces de ese contacto vivo y saludable que redime y santifica. La Eucaristía es la cumbre y perfección de la vida cristiana. Es el mismo Cristo que prolonga misteriosamente su sacrificio cruento de manera incruenta, y su Resurrección”.

Asimismo, Mons. Castagna afirmó que “el estilo de vida que Jesús inaugura y ofrece a sus seguidores funda una nueva civilización, bien llamada ‘Civilización del Amor’. Se inscribe en la cultura de la vida y se opone frontalmente a la nefasta cultura de la muerte. Las tradicionales culturas han recibido un verdadero bombardeo de elementos corrosivos que la moda ha legitimado. Hasta los cristianos, o algunos de ellos, pretenden acomodar los valores evangélicos permanentes a sus dictámenes”.

Finalmente, el Prelado aseguró que “cuando los cristianos decidan responder a su vocación temporal propia, constituirán políticos, científicos, educadores, gremialistas, trabajadores del campo, artistas, jóvenes estudiantes y artesanos de primera calidad moral” que podrán “transformar esta sociedad sacudida aún por la corrupción y el odio”.

escuchar y adoptar