Un panel reunido en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) analizó recientemente las secuelas de la ocupación del Estado Islámico (ISIS) en la llanura Nínive, en Irak, y destacó que los cristianos deben ser considerados parte de la solución para llevar la paz y los derechos humanos.
El Arzobispo Caldeo de Erbil en Irak, Mons. Bashar Warda, señaló en el evento desarrollado el 30 de noviembre, que los cristianos en particular son un "socio clave para el futuro del pluralismo en Irak" y debería considerarse "parte de la solución, no parte del problema, en términos de llevar la paz y los derechos humanos" al país.
Por su parte, el Caballero Supremo de los Caballeros de Colón, Carl Anderson, agregó que "durante la ocupación de Nínive por parte de ISIS, incluso cuando buscaba eliminar por completo a las minorías religiosas, muchas personas de la población mayoritaria también fueron víctimas".