El saliente arzobispo de Canterbury y líder máximo de la iglesia anglicana, Rowan Williams, está haciendo sus últimos intentos para persuadir a las demás autoridades de su confesión cristiana en Inglaterra para que el próximo sínodo general apruebe la ordenación de mujeres como "obispas".
Esta situación ha tensado las relaciones en la Comunión Anglicana, dividida teológicamente entre quienes aceptan la ordenación episcopal femenina y quienes se rehúsan ante esa posibilidad. Desde 1994, los anglicanos admitieron la ordenación de sacerdotisas.
En un artículo publicado en el informativo anglicano The Church Times, el Arzobispo Williams dijo que la norma que acepte la ordenación episcopal femenina "formará el futuro de la iglesia de Inglaterra por generaciones".