El Arzobispo de Wellington y Presidente de la Conferencia de Obispos de Nueva Zelanda, Mons. John Dew, expresó su profunda tristeza por la aprobación este miércoles del mal llamado "matrimonio" homosexual en el Parlamento nacional.

Con 77 votos a favor y 44 en contra, fue aprobada la norma que convierte a Nueva Zelanda en el primer país de la región Asia Pacífico y el décimo tercero en el mundo en aceptar la unión legal de parejas del mismo sexo.

El proyecto de ley presentado por la legisladora laborista Louisa Wall usó como argumentos el mal llamado "derecho a la igualdad". Incluso hubo burlas contra la Iglesia, como la emitida por el parlamentario Maurice Williamson. "Un sacerdote católico me dijo que no podía apoyar un acto contranatura, interesante argumento que viene de alguien que optó por el celibato toda su vida", expresó Williamson.

Según informó CathNews New Zealand, Mons. John Dew dijo que "nos parece extraño que se haya descartado el significado del matrimonio que tiene su origen en la naturaleza humana y común a todas las culturas, y que toda referencia de marido y mujer se eliminara de la legislación del matrimonio". Sin embargo, aseguró que "muchos neozelandeses están con nosotros en esto".

"El matrimonio es la institución humana fundamental que es anterior a la religión y al Estado. Es una unión comprometida entre un hombre y una mujer que tiene una orientación natural hacia la procreación de una nueva vida humana", señaló el Arzobispo.

Mons. Dew indicó que "el matrimonio se funda en la diferencia sexual y la definición tradicional del matrimonio refleja esta realidad única".

"Hemos estado seguros que nuestra libertad religiosa para enseñar y practicar nuestras creencias religiosas de acuerdo con el matrimonio funcional está protegido, y vamos a seguir para garantizar que esa libertad es aceptada", concluyó el Prelado.