En la visita de cortesía a su beatitud Crisóstomo II, arzobispo ortodoxo de Chipre, el Papa Benedicto XVI exhortó a apoyar con todos los medios posibles a los cristianos de Medio Oriente para que puedan ser artífices de paz y reconciliación en esta región aún marcada por el conflicto.
Al iniciar su discurso el Santo Padre recordó la visita que le hiciera el arzobispo ortodoxo en el Vaticano hace tres años y elogió los trabajos de la Comisión Conjunta Internacional para el Diálogo Teológico que se reunió en 2009 en Paphos, Chipre. Tras hacer votos para que esta iniciativa siga adelante y edifique a la Iglesia, el Papa alabó el espíritu solidario de los chipriotas que contribuyeron con los afectados del terremoto ocurrido en "L’Aquila, cerca de Roma, cuyas necesidades están muy presentes en mi corazón".
"En este mismo espíritu, me uno a su oración para que todos los habitantes de Chipre encuentren, con la ayuda de Dios, la sabiduría y la fuerza necesaria para trabajar juntos por una solución justa de los problemas pendientes, luchar por la paz y la reconciliación, y construir para las futuras generaciones una sociedad que se distinga por el respeto de los derechos de todos, incluyendo los derechos inalienables de libertad de conciencia y de culto", continuó.