6 de junio de 2008 / 07:15 PM
En su habitual carta semanal, el Arzobispo de Valencia, Cardenal Agustín García-Gasco, señaló que frente a los particularismos, que no son más que egoísmos, "es necesario invocar la luz que procede del reconocimiento universal de la dignidad humana. Éste es un modo irrenunciable de anunciar el Evangelio hoy, que no deja indiferente a nadie con verdadera sensibilidad humana".
En el texto titulado "El bien de toda la familia humana", tras recordar como el Papa Benedicto XVI recordó en su reciente discurso a la ONU en Nueva York la necesidad de defender los derechos humanos como intrínsecos a la ley natural, el Purpurado afirmó que "el particularismo que ignora el bien común no es sino una forma de egoísmo colectivo que menoscaba los derechos universales del resto de los seres del planeta. Las graves necesidades de alimentos, de agua, de tecnología, la preservación del medio ambiente y la defensa de los derechos humanos requieren soluciones globales coherentes".
Por eso, destacó, "frente a los riesgos de los particularismos políticos, culturales, económicos y científicos, e incluso tecnológicos, es necesario invocar la luz que procede del reconocimiento universal de la dignidad humana. Éste es un modo irrenunciable de anunciar el Evangelio hoy, que no deja indiferente a nadie con verdadera sensibilidad humana. La Doctrina Social de la Iglesia nos muestra los caminos que pueden ayudar a construir una sociedad mejor en el siglo XXI".