14 de septiembre de 2008 / 10:42 AM
Tras finalizar la Eucaristía por el 150 aniversario de las apariciones de la Virgen de Lourdes, el Papa Benedicto XVI presidió el rezo del Ángelus en el que destacó que "el amor maternal de la Virgen María desarma cualquier orgullo; hace al hombre capaz de verse tal como es y le inspira el deseo de convertirse para dar gloria a Dios".
El Santo Padre explicó que la oración del Ángelus "nos ofrece la posibilidad de meditar unos instantes, en medio de nuestras actividades, en el misterio de la encarnación del Hijo de Dios. A mediodía, cuando las primeras horas del día comienzan a hacer sentir el peso de la fatiga, nuestra disponibilidad y generosidad se renuevan gracias a la contemplación del 'sí' de María".
"Ese 'sí' limpio y sin reservas se enraíza en el misterio de la libertad de María, libertad plena y total ante Dios, sin ninguna complicidad con el pecado, gracias al privilegio de su Inmaculada Concepción", prosiguió.