Cáritas, la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de Papúa Nueva Guinea (Oceanía) y las Islas Salomón alertaron que el aumento de actividades ilegales como la prostitución, el lavado de dinero y las drogas "continúan aumentando a medida que las operaciones de tráfico de personas extranjeras se convierte en algo dramáticamente normal".
La Iglesia en el país declaró que quiere colaborar con las fuerzas policiales encargadas de combatir la trata de personas. Señaló que es necesario examinar el fenómeno a través de un enfoque multidisciplinario para comprender el problema, sus causas e identificar los procesos y a las personas involucradas, pues solo así será posible dar las indicaciones adecuadas.
Por su parte, Cáritas mencionó dos recomendaciones prácticas en una nota dirigida a la agencia vaticana Fides: solicitar procedimientos judiciales rápidos para los traficantes de los diversos abusos y los que se benefician de ellos en distintos niveles; y promover una mayor cooperación a nivel nacional e internacional entre redes gubernamentales, empresas, comunidades religiosas y sociedad civil para generar una mayor conciencia y defensa sobre la trata de personas.