14 de marzo de 2008 / 05:05 PM
El representante de la Asociación Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), P. Joaquín Alliende, expresó su pesar por el fallecimiento del Arzobispo caldeo de Mosul, Mons. Paulos Faraj Rahho, y manifestó "su gratitud por la vida de este ‘buen pastor’ y sucesor de los Apóstoles, cuyo único deseo fue servir a su pueblo".
"Su muerte es un símbolo para todas los inocentes que han perdido la vida en Irak", señaló el presbítero y rogó que "la sangre derramada por este discípulo de Cristo contribuya a reinstaurar la unidad de todos los iraquíes".
Asimismo, pidió a todos los cristianos de oriente y occidente rezar intensamente durante la próxima Semana Santa, especialmente por el fin de esta "guerra absurda".