Además, condenó las políticas que consideran la destrucción de seres humanos embrionarios como un respaldo por si la investigación no se desarrolla según lo planeado, así como las políticas actuales de los Estados Unidos que requieren la destrucción de embriones humanos como un procedimiento estándar.
Otro problema potencial es la edición de genes por razones no médicas, por ejemplo, para mejorar la visión o la inteligencia.
"Hay muchas cosas que podríamos hacer para cambiar las cualidades de los seres humanos y hacerlos, en cierto sentido, superhumanos. Esto es algo que también sería un problema ético en el horizonte", advirtió.
Dado que la tecnología es tan nueva, los pacientes o sus descendientes podrían experimentar una variedad de "efectos secundarios no intencionados, quizás dañinos, que ahora pueden transmitirse, heredados por otros individuos más adelante", dijo DiCamillo. Un embrión que experimenta modificación genética, como los que el investigador chino afirma haber alterado, también podría transmitir genes editados.