En la Audiencia General de este miércoles que dedicó a San Antonio de Padua, el Papa Benedicto XVI explicó que este gran santo que atendió a muchos pobres a partir de su "riqueza del corazón" es ejemplo en el mundo actual para trabajar también por los pobres y más necesitados, especialmente ante la crisis económica mundial.
En la audiencia celebrada en el aula Pablo VI, el Santo Padre habló de San Antonio de Padua, "uno de los santos más populares de la Iglesia Católica" y relató que nació en Lisboa, alrededor de 1195, en una familia noble. Después de un tiempo con los Canónigos Agustinos ingresó en los Frailes Menores, con el deseo de ir a Marruecos como misionero. Tras una enfermedad regresó a Italia, donde realizó una intensa y eficaz actividad apostólica. Murió en Padua en 1231 y fue canonizado en 1232 por el Papa Gregorio IX.
"Antonio –explicó Benedicto XVI– ha contribuido de forma significativa al desarrollo de la espiritualidad franciscana, con sus extraordinarias dotes de inteligencia, equilibro, entrega apostólica y, principalmente, fervor místico" y fue "uno de los primeros maestros de teología de los Frailes Menores, por no decir el primero".