Al recibir este mediodía a los miembros de la Unión de Industriales y de las Empresas de Roma, el Papa Benedicto XVI señaló que la actividad económica empresarial debe tener siempre en cuenta el bien común, el desarrollo integral de la persona, sin obviar la apertura a la trascendente, a la dimensión espiritual de la vida.
En su discurso el Santo Padre se refirió a la actual crisis económica y resaltó que "a pesar de someter a una dura prueba a los sistemas económicos y productivos de los diferentes países hay que vivir esta situación con confianza, porque es una oportunidad desde el punto de vista de la revisión de los modelos de desarrollo y de una nueva organización del mundo de las finanzas, un ‘tiempo nuevo’ –como se ha dicho– de profunda reflexión".
Benedicto XVI recordó que en su encíclica social Caritas in veritate alienta a "poner en el centro de la economía y de las finanzas a la persona. Proponiendo que la política no esté subordinada a los mecanismos financieros, he pedido la reforma y la creación de ordenamientos jurídicos y políticos internacionales, proporcionados a las estructuras globales de la economía y de las finanzas, para conseguir más eficazmente el bien común de la familia humana".