Al presidir ayer por la tarde el rezo de las Vísperas con los universitarios de los ateneos romanos, el Papa Benedicto XVI alentó a los jóvenes a acercarse con espíritu sencillo y humilde a la Sabiduría de Dios, al Niño Dios que nace en Belén en Navidad, para ser capaces de mostrarlo a los demás que es la "primera forma de caridad intelectual".
En su homilía, el Santo Padre explicó que "la que nace en Belén es la Sabiduría de Dios. En la plenitud de los tiempos, esta Sabiduría asumió un rostro humano, el rostro de Jesús. La paradoja cristiana consiste precisamente en la identificación de la Sabiduría divina, es decir el Logos eterno, con el hombre Jesús de Nazaret y con su historia. Por lo tanto la Sabiduría que invocamos esta noche es el Hijo de Dios, la segunda persona de la Santísima Trinidad; es el Verbo".