En la catequesis de la Audiencia General de este miércoles, el Papa Benedicto XVI habló sobre San Buenaventura, una figura especialmente grata a él por los estudios que hizo en su juventud. De él, dijo el Santo Padre, se puede aprender la necesaria combinación entre acción y contemplación para encarnar el Evangelio y ser como Cristo.
El Papa explicó que Buenaventura nació hacia el año 1217 en la ciudad italiana de Bagnoregio y murió en 1274, fue uno de los grandes personajes que contribuyó a la "armonía entre fe y cultura" en la Europa del siglo XIII. Era "hombre de acción y contemplación, de profunda piedad y prudencia en el gobierno".
Bautizado con el nombre de Juan da Fidanza, una grave enfermedad en su juventud lo llevó a las puertas de la muerte. Su madre lo encomendó a Francisco de Asís, canonizado pocos años antes y Juan sanó. Ese hecho marcará toda su vida. Durante su formación en París, donde estudiaría Teología, decidió ingresar en un convento franciscano, tomando el nombre de Buenaventura. En los primeros años de vida religiosa destacó por su conocimiento de la Sagrada Escritura, de las Sentencias de Pedro Lombardo y de los más grandes teólogos de su época.