Irma Dávila Montaño es la orgullosa abuela de la mexicana Paola Milagros Espinosa Sánchez, ganadora de la medalla de bronce en las Olimpiadas de Beijing en clavados sincronizados. Ella cuenta que el primer triunfo de su nieta fue el "milagro" de haber nacido, pues su madre tenía un tumor en el vientre que amenazaba su vida.
Así lo explicó la señora Dávila en entrevista concedida al Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME), a quienes relató que Paola nació y creció en una familia católica; y cómo "en medio de la angustia por la posible pérdida de su nieta, Dios fue el único refugio de la familia, sobre todo cuando los médicos le deban pocas esperanzas de vida a actual medallista olímpica".
El nacimiento de Paola, explica doña Irma Dávila, fue un verdadero milagro. "A ello se debe que su segundo nombre sea Milagros. Durante el embarazo, yo solía visitar al Santísimo Sacramento y le pedía a Dios por la salud de mi hija Josefina y de la bebé", comentó.