El Papa Francisco dedicó su catequesis de hoy a meditar sobre la relación entre el Espíritu Santo y la Iglesia, y alentó a no cerrarse nunca a su acción que alienta la Nueva Evangelización, a través del fervor apostólico, la paz y la alegría en el corazón de cada uno.
Ante miles de fieles presentes en la Plaza de San Pedro, el Papa explicó que "sin la presencia y la acción incesante del Espíritu Santo, la Iglesia no podría vivir y no podría cumplir con la tarea que Jesús resucitado le ha confiado de ir y hacer discípulos a todas las naciones".
"Evangelizar es la misión de la Iglesia, no sólo de algunos, sino la mía, la tuya, nuestra misión. El apóstol Pablo exclamaba: '¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!'. Cada uno de nosotros debe ser evangelizador ¡sobre todo con la vida! Pablo VI subrayaba que '... evangelizar es la gracia y la vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe para evangelizar'".