En su mensaje por la 48º Jornada Mundial por las Comunicaciones Sociales que se celebrará el próximo 1 de junio, el Papa Francisco alentó a los católicos del mundo a no tener miedo de "hacerse ciudadanos del mundo digital".
En el texto, el Papa responde a la pregunta sobre cómo poner la comunicación al servicio de una cultura del encuentro, recordando la palabra del Buen Samaritano, que "no sólo se acerca, sino que se hace cargo del hombre medio muerto que encuentra al borde del camino. Jesús invierte la perspectiva: no se trata de reconocer al otro como mi semejante, sino de ser capaz de hacerme semejante al otro. Comunicar significa, por tanto, tomar conciencia de que somos humanos, hijos de Dios. Me gusta definir este poder de la comunicación como 'proximidad'".
"Cuando la comunicación tiene como objetivo preponderante inducir al consumo o a la manipulación de las personas, nos encontramos ante una agresión violenta como la que sufrió el hombre apaleado por los bandidos y abandonado al borde del camino, como leemos en la parábola. El levita y el sacerdote no ven en él a su prójimo, sino a un extraño de quien es mejor alejarse. En aquel tiempo, lo que les condicionaba eran las leyes de la purificación ritual. Hoy corremos el riesgo de que algunos medios nos condicionen hasta el punto de hacernos ignorar a nuestro prójimo real".