En la localidad albanesa de Scutari, ocho hermanas clarisas han abierto las puertas del convento en el que viven actualmente y que fuera convertido durante el régimen comunista en una cárcel en donde murieron muchas personas también defendiendo su fe.
En declaraciones a Radio Vaticano, la hermana Sonia, una de las religiosas que vive en el convento recuerda que "éste el primer monasterio de las hermanas clarisas aquí en Albania después de muchos siglos. Hoy ocupamos una estructura que era el viejo convento de los frailes menores. En 1946 les fue confiscado y transformado en sede de la Securimi, es decir de la policía secreta del régimen".
La religiosa cuenta que uno de los sectores del convento "fue convertido en celdas para la detención y lugares de tortura. El lado más antiguo conserva, todavía hoy, una serie de celdas en donde morían los prisioneros y todavía se ven los signos de las incisiones".