"Sin embargo, fue como prisionero de guerra de los japoneses que el P. LaFleur reveló la intensidad de su amor" y su santidad.
"Aunque sus captores lo patearon, abofetearon y golpearon, siempre buscó mejorar las condiciones de sus compañeros prisioneros de guerra", dijo el P. Ledoux. "Incluso dejó pasar oportunidades para escapar para permanecer donde sabía que sus hombres lo necesitaban", agregó.
Finalmente, el sacerdote terminó en un barco con otros prisioneros que fue impactado por torpedos, lanzados por un submarino estadounidense que no se dio cuenta de que el barco llevaba prisioneros de guerra.
"Fue visto por última vez el 7 de septiembre de 1944, ayudando a los hombres a salir del casco de la nave que se hundía, acción por la cual obtuvo póstumamente un Corazón Púrpura y una Estrella de Bronce. Y en octubre de 2017, por sus acciones como prisionero de guerra, al Padre se le otorgó una segunda Cruz de Servicio Distinguido", dijo el P. Ledoux.
El P. LaFleur fue reconocido en el Desayuno Nacional de Oración Católica en Washington DC. el 6 de junio de 2017, por el Arzobispo Timothy Broglio.
"Él era un hombre para otros hasta el final. El P. Lafleur respondió a su situación de prisionero de guerra con coraje creativo. Se basó en su virtud para cuidar, proteger y fortalecer a los hombres encarcelados con él", señaló el Arzobispo.
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en CNA.