Una mujer que se dirigía a una clínica abortista agredió a un grupo de consejeros callejeros de la Operación Salvemos América–Dallas rociándoles gas pimienta, sin importar que entre sus víctimas se encontraban dos menores de 10 y 16 años de edad, y un bebé de año y medio.
Según John D. Reyes, director de la asociación, la agresora “obviamente no tenía respeto alguno por la vida, nacida o no nacida, del más grande o más pequeño. Usó un arma contra un grupo de indefensos cristianos incluyendo un bebé”.
Los pro-vida sentaron una denuncia policial en contra de la agresora.