9 de julio de 2020 / 11:20 AM
Mons. Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba (España), trató en su carta semanal sobre la parábola de la semilla que cae en la tierra y destacó que "no se refiere a personas distintas" sino que las actitudes o tipos de tierra "pueden darse en una misma persona, por etapas de su vida" y animó a trabajar durante toda la vida el corazón para que sea tierra buena y produzca fruto.
El corazón humano tiene una fuerte tendencia a "la fecundidad, a dar fruto abundante, a ver que nuestra vida sirve para algo y para alguien", y en el Evangelio de este domingo se habla de que "nuestra vida es como una tierra fecunda, que si recibe buena semilla puede dar buenos frutos según la capacidad de cada uno", escribe el Obispo.
Mons. Fernández subraya que "esta tierra fecunda recibe la Palabra de Dios como un regalo de lo alto. No podríamos dar frutos de vida eterna si no recibiéramos de lo alto la gracia de Dios, que nos hace hijos en el Hijo, si no recibiéramos el Espíritu Santo, que nos hace fecundos. La semilla, por tanto, está garantizada, es de primerísima calidad".