En los primeros siglos hay representaciones pictóricas en los que aparecen dos, cuatro, seis y hasta ocho Magos. No obstante, el fresco más antiguo de la adoración de los Magos data del siglo II y se encuentra en un arco de la capilla griega de las catacumbas romanas de Priscila, y allí aparecen tres.
Los Reyes Magos habrían tenido material de naturaleza profética (algunos han sugerido que lo obtuvieron de una comunidad judía del este, como la de Babilonia) que les permitió identificar astronómicamente el nacimiento del "Rey de los judíos".
Es posible que se sintieran especialmente motivados para verlo porque en ese momento se esperaba que pronto vendría un gobernante universal de Israel.
En su libro "Jesús de Nazaret", el Papa Benedicto XVI explica lo siguiente: “Sabemos por (los historiadores romanos) Tácito y Suetonio que la especulación abundaba en el momento en que el gobernante del mundo emergería de Judá, una expectativa que [el historiador judío] Flavio Josefo aplicó a [el emperador romano] Vespasiano, por lo que encontró su camino hacia el favor de este último (cf. De Bello Judaico III, 399-408)”.