"Si se quiere un verdadero desarrollo humano integral para todos, se debe continuar incansablemente con la tarea de evitar la guerra entre las naciones y entre los pueblos", aseguró.
El Papa denunció además la "tendencia siempre presente a la proliferación de las armas", especialmente las nucleares. Una ética y derecho basados en la amenaza mutua, advirtió, "constituyen un fraude a toda la construcción de las Naciones Unidas, que pasarían a ser 'Naciones unidas por el miedo y la desconfianza'".
"Hay que empeñarse por un mundo sin armas nucleares", demandó.
El Santo Padre pidió también concentrar la atención en todas las situaciones de conflicto, como las que se viven en Ucrania, en Siria, en Irak, en Libia, en Sudán del Sur y en la región de los Grandes Lagos, en África.