5. "Prisionero en el Vaticano"
Cuando Pío IX asumió el pontificado en 1846, existían los Estados Pontificios, ubicados en el centro de lo que hoy es Italia. En aquel entonces el territorio italiano estaba dividido en reinos, pero intereses políticos y militares buscaban su "unificación".
Las tierras bajo el gobierno del Papa constituían un supuesto problema para este objetivo, así que empiezan una serie de revueltas que hacen que el Pontífice tenga que escapar para exiliarse en Gaeta, al sur de Roma.
En 1850 retorna a dicha urbe, pero tuvo que encarar las consecuencias de la pérdida de los Estados Pontificios, la proclamación del Reino de Italia en 1861 y que Roma se convirtiera en la capital italiana en 1871.