3 claves para entender el rol de la fe en "El Conjuro 2"

3 claves para entender el rol de la fe en "El Conjuro 2"

Recientemente se estrenó El Conjuro 2, uno de los filmes de terror más esperados del año, que se basa en un polémico caso real de actividad paranormal en una casa del distrito de Enfield en Londres, Inglaterra, a finales de los años '70s.

La película intenta repetir el éxito de taquilla de su primera parte "El Conjuro" (2013) y vuelve a presentar a los actores Vera Farmiga y Patrick Wilson, como Lorraine y Ed Warren, una pareja de esposos investigadores católicos que esta vez tratan de ayudar a una madre soltera que vive con sus 4 hijos en una casa infestada por demonios.

La película es nuevamente dirigida por James Wan y se inspira en archivos de casos investigados por los Warren.

La campaña publicitaria sobre la película se esfuerza en presentarla como casi histórica y ha causado mucha expectativa entre el público joven por recurrir a la fe. Compartimos tres claves para evitar confusiones sobre este filme:

1. El filme contiene elementos ficticios y reales

Si bien hay partes de la película que son reales, es importante tener cuidado. Desde Hollywood se suele generar sensacionalismo en torno a historias de este tipo y con frecuencia los malos espíritus o demonios son caracterizados como "fascinantes" o "geniales", esto lleva a muchos a olvidar que lo oculto también puede ser peligroso.

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Los casos de posesión demoníaca son inusuales pero cuando ocurren requieren un exorcismo formal que solo puede ser realizado por un obispo o sacerdote autorizado. Los laicos no pueden realizar exorcismos en la Iglesia Católica.

Si bien los casos de posesión son poco frecuentes, los exorcismos no suelen realizarse de forma instantánea como se muestra en la película. Por lo general, el exorcismo es un proceso largo que implica que el poseído ore y ayune.

Para evitar posesiones, los católicos deben acudir constantemente a los sacramentos, orar regularmente y permanecer unidos a Dios.

Un dato curioso es que durante la filmación de la primera cinta, los cineastas aseguran haber vivido hechos extraños y decidieron acudir a un sacerdote amigo de uno de los investigadores para que bendiga al elenco y las locaciones.

2. No es una película cristiana pero plantea una batalla existencial entre el bien y el mal

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Si algo se puede rescatar del filme es que debido a la popularidad del género de terror, "El Conjuro 2" es una oportunidad para hablar sobre la realidad del bien y del mal, de la fe y de Dios.

Según el crítico de cine Carl Kozlowski, "la capacidad de estas películas para llegar a un público de terror que normalmente se abstiene de todo lo religioso la hace una de las películas más valiosas de Hollywood en estos días".

En una columna de opinión publicada en Catholic News Agency, Kozlowski considera que "más allá del factor de impacto habitual en este tipo de películas de posesión demoníaca", los realizadores "plantearon una batalla existencial centrada alrededor del bien contra el mal".

"La idea detrás de todo esto es que cuando la gente buena no hace nada, Satanás prevalece. Para Ed y Lorraine la fe era su arma", añadió.

Chad Hayes, uno de los guionistas, explicó que las dos partes del filme "no son directamente películas cristianas, sino que es la fe la que está integrada en ellas".

3. Los investigadores eran católicos devotos pero solo tenían aprobación eclesial para investigar

Ed Warren falleció en 2006 y su viuda Lorraine es quien asesoró a los realizadores de El Conjuro. Los Warren se dedicaron por muchos años a analizar actividades demoníacas o posesiones. No realizaban exorcismos.

Los Warren eran de los pocos laicos autorizados oficialmente por la Iglesia para realizar la investigación y los informes de este tipo de fenómenos. En 1985, el entonces Cardenal Joseph Ratzinger como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, firmó una carta en la que se prohibió explícitamente que los laicos practiquen exorcismos y se reservó este rito a sacerdotes y obispos.

En la vida real, los Warren aseguran que animaron al clero y a seminaristas para que tomen en serio los supuestos casos de familias afectadas por actividad demoníaca. También alentaron la oración por las personas que sufren estos ataques.

Los Warren utilizaban la tecnología para identificar y documentar sus experiencias, pero en última instancia dicen que se basaron en la fe y la oración para hacer frente a las fuerzas del mal.

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