"Consagrarnos a María es un modo de responder al amor con amor". "Esta consagración traerá renovación en nuestra Iglesia, esperanza de un anuncio más vigoroso del Evangelio, paz y alegría a nuestra gente, ¡traerá victoria de Cristo en nuestra tierra! Y la victoria vendrá por medio de María", afirmó el Cardenal Sturla.
"Queremos representar a todos tus hijos que creen en tu Hijo y te aman, pero también con hondo respeto, queremos representar hoy a todos los que viven en esta tierra, creyentes y no creyentes, a los gobernantes actuales y futuros y decirle a la Virgen: protégenos, bendícenos, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Uruguay necesita de tu Hijo, Virgen santa", expresó el Arzobispo.
Luego de la comunión, el Cardenal Sturla junto a los obispos del país, unos 40 sacerdotes, decenas de diáconos, seminaristas, religiosos y algunos laicos ingresaron al templo para recitar la oración con la que San Juan Pablo II consagró al Uruguay a la Virgen María en la advocación de los Treinta y Tres en 1988.