8. Decio (249-251)
Di Camillo recuerda que en el año 250 Decio "decidió que todos los cristianos tenían que rendir homenaje a los dioses romanos o morirían", hecho histórico conocido como "La persecución deciana", ya que vino directamente del propio emperador.
"Esta persecución le quitó la vida a nada menos que al Papa San Fabián. La persecución llegó a prohibir el culto cristiano en el imperio. Afortunadamente, Decio murió un año después de la entrada en vigor de su edicto", comentó Di Camillo.
9. Valeriano (253-260)
El autor aseguró que "Valeriano fue un hombre cuyo reinado (y reino de terror) se salió de control", pues "como Decio antes que él, continuó la matanza de cristianos, incluidos grandes santos como Lorenzo el Diácono, Denis de París, Cipriano y el Papa Sixto II".
Sin embargo, "estuvo continuamente en guerra con los persas, quienes terminaron capturando al emperador, que murió en su cautiverio, lo que envió ondas de choque a todo el imperio y fue un presagio de que el propio Imperio estaba comenzando a mostrar signos de podredumbre", añadió.
10. Diocleciano (284-305)
Para Di Camillo, Diocleciano "fue peor que Decio", ya que provocó la "Gran persecución" que llevó la matanza de cristianos a todas las áreas del vasto imperio romano.
"En un refrescante cambio de ritmo, Diocleciano, quien creó tantos primeros mártires/santos por su pura sed de sangre, en realidad se retiró de su cargo hacia el final de su vida. Sin embargo, el daño ya estaba hecho y su linchamiento contra los cristianos fue uno de los peores de todos los tiempos", agregó.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en National Catholic Register.